Portada de
Argosy All-Story Weekly. 12 de julio de 1924.
La primera entrega del serial The Man Who Mastered Time de
Ray Cumming aparece a mediados del mes de julio en Argosy
All Story Weekly. La historia comienza con el relato que el protagonista,
Loto, hace a sus amigos de los experimentos que él y su padre habían realizado,
obteniendo accidentalmente un rayo que podía "atravesar" el tiempo.
Gracias a este pudieron ver un lejano futuro invadido por una edad glacial. En
esa abertura temporal contemplan una figura montada en trineo tirado por
criaturas perrunas tan grandes como caballos que se detiene frente a un
edificio en cuyo interior se vislumbra una hermosa mujer, obviamente una
esclava o prisionera. Instantáneamente enamorado, el protagonista decide
rescatarla. Tras dos años de investigaciones, consigue finalmente perfeccionar
la máquina del tiempo dándole forma de aeroplano, se monta en ella y
desaparece. Veintiocho horas más tarde regresa. Ha viajado cuarenta y cinco mil
años al futuro, contemplando el crecimiento y muerte de Nueva York, una
invasión y ocupación alienígena que duró miles de años, la transformación
geológica del planeta, la llegada de una nueva glaciación, el éxodo de extraterrestres
y la mayor parte de la especie humana y el sol reducido a una pequeña esfera
roja. Dándose cuenta de que había ido demasiado lejos en el tiempo, retrocede
diecisiete siglos hasta encontrar el edificio y la chica que había visto dos
años antes. Lo que sigue es la típica historia pulp en la que el arrojado héroe
va al rescate de la bella, exótica e indefensa "nativa" (en este caso
su nombre es Azeela, hija de un importante científico), enfrentándose por el
camino a amenazas como el brutal Toroh y su ejército de bárbaros. Loto y Azeela
escapan y se reúnen con la gente de esta. El protagonista regresa a su tiempo
para reaprovisionarse y avisar a su familia de que si no está de vuelta en
treinta días lo vayan a buscar, dejando instrucciones precisas al respecto. Y
así ocurre: el padre de Loto y uno de sus amigos emprenden viaje al futuro,
hallando al sujeto de sus desvelos sano y salvo si bien la situación general es
de guerra civil entre diferentes facciones. De “Un Universo de Ciencia Ficción”
de Manuel Rodríguez Yague.
Portada de
Future combined with Science Fiction. Octubre de 1941.
Otra obra de Ray Cumming había comenzado
también en forma de serial en el primer número del año en Science and
Invention. La obra se llama The Man on the Meteor y es de inferior calidad a la
anterior. Esta obra menor de Cummings fue reimpresa en 1941 con una portada
bastante mediocre. Es la que reproducimos aquí.
Raymond
King Cummings (Ray Cummings 1887-1957) fue un autor estadounidense de
literatura de ciencia ficción y libros de historietas. Trabajó con Thomas
Edison como asistente personal y escritor técnico de 1914 a 1919. Cummings es
identificado como uno de los "padres fundadores" del género de
ciencia ficción. Su obra de ficción más apreciada fue la novela The Girl in the
Golden Atom Publicada en 1922, que fue una consolidación de una historia corta
del mismo nombre publicada en 1919 (donde Cummings combinó la idea de la lente
diamante de Fitz James O'Brien con La máquina del tiempo de H. G. Wells) y una
secuela, The People of the Golden Atom, publicada en 1920. Antes de tomar la
forma de libro, varias de las historias de Cummings aparecieron serializadas en
revistas pulp. Los primeros ocho capítulos de su The Girl in the Golden Atom
aparecieron en All-Story Magazine el 15 de marzo de 1919. Ray Cummings escribió
en una novela suya de 1922: "Tiempo ... es lo que impide que todo suceda a
la vez”, una frase repetida por científicos como C. J. Overbeck, y John
Archibald Wheeler, y a menudo mal atribuida, según los gustos, a Einstein o
Feynman. Cummings repitió esta frase en varias de sus obras. Durante la década
de 1940, con su carrera literaria eclipsada, Cummings narró anónimamente
historias de cómics para Timely Comics, la predecesora de Marvel Comics.
Recicló la trama de la muchacha en el átomo de oro para un cuento de dos partes
del Capitán América. También contribuyó a las historias de antorcha humana y
sub-Mariner, que su hija Betty Cummings a menudo escribió. Cummings murió el 22
de enero de 1957 en Mount Vernon, Nueva York, de una hemorragia cerebral. (
Obra en
castellano).
Portada de
Argosy All-Story Weekly. 28 de junio de 1924.
Si retrocedemos al mes de junio y siempre en Argosy All
Story Weekly encontramos el principio de una obra de un nuevo autor. The Radio
Man de Ralph Milne Farley que se inscribe directamente en la línea de Edgar
Rice Burroughs. Pero, contrariamente a las historias de otros imitadores de
Burroughs, las aventuras que van a vivir los personajes de Farley son de
excelente calidad y tan interesantes como las de John Cárter. The radio Man,
empieza con la llegada de un meteoro al jardín de Ralph
Milne Farley. Contiene un mensaje para el escritor, lo que da lugar a esta
pregunta un tanto graciosa de la señora Farley, aparentemente estupefacta.
«Dime, Ralph, ¿quién puede enviarte un mensaje en el interior de un meteoro?
¿No es sorprendente?». El autor del mensaje es Myles S. Cabot, un experto en
radio, al que un accidente de manipulación ha enviado, simplemente, a Venus.
Está a punto de ser devorado por una planta carnívora antes de ser capturado
por hormigas gigantes, inteligentes, que, como no tardará en averiguar,
constituyen una de las dos razas dominantes del planeta, siendo la otra humana
con ciertas ligeras diferencias. Permanecerá largo tiempo en cautividad y
acabará pudiendo conversar por escrito con Doggo, una hormiga más amistosa que
las otras. Se entera así de que una guerra enfrentó hace algunos años a los
formianos y a los cupianos. Los formianos son los hombres-hormiga, y los
cupianos seres humanos con alas y provistos de pequeñas antenas en la cabeza.
Cabot no tarda en darse cuenta de que una joven y bella cupiana está también
prisionera de las hormigas. Ella le ha visto un instante y se ha separado de él
con horror al comprobar su carencia de antenas y de alas. El joven se ha
sentido muy afectado, pues, perdido en este mundo extraño, la visión de una
criatura humana bella y deseable le había llenado de júbilo el corazón. Se
entera de que esta joven no es otra que la princesa Lilla, hija del rey Kew,
detenida ilegalmente por los habitantes de Formia. Tras haberse confeccionado
una especie de arnés que le provee de falsas antenas y pequeñas alas puramente
ornamentales, exactamente iguales a las de los cupianos, Myles S. Cabot logra
ser aceptado por la joven y consigue liberarla. Naturalmente, una vez de
regreso junto al rey, su padre, la princesa será separada de su salvador por
las intrigas de un príncipe que conspira para derrocar al soberano. Seguirá una
nueva guerra entre los hombres alados y los hombres-hormiga. Estos últimos
serán vencidos gracias a la ayuda de Cabot, que se casará finalmente con Lilla.
Se trata de una imitación de las aventuras de John Cárter, pero un estilo vivo,
un cierto humor, una constante inventiva y mucha acción hacen agradable la
lectura del libro. Ralph Milne Farley sabía contar una historia y hacer
interesantes los personajes que ponía en escena, aunque se tratara de la
sempiterna princesa, garantizadamente pura e insípida. Esta novela obtuvo un
merecido éxito entre los lectores, lo que indujo al autor a darle numerosas
continuaciones, primeramente The radio beasts, en 1925, después The radio
planet, que es quizá la de lectura más entretenida de las tres, en 1926.
Completan la serie otras dos novelas, The radio man returns, aparecida en 1939,
y The radio minas of Mars, relato inconcluso que fue publicado en julio de 1955
en la revista Spaceway. De “Historia de la ciencia
ficción moderna” de Jacques Sadoul.
Ralph Milne Farley
Roger Sherman Hoar (Ralph Milne Farley) (1887-1963) fue un
senador de Estados Unidos y fiscal general adjunto, para el estado de
Massachusett. También escribió ciencia ficción bajo el seudónimo de "
Ralph Milne Farley".
Con este nombre, Hoar escribió una cantidad considerable de ciencia ficción en
las revistas pulp durante el período entre las guerras mundiales, apareciendo
en publicaciones tales como Argosy All-Story Weekly, Weird Tales, True Gang
Life y Amazing Stories, así como ensayos ocasionales y fanzines de la ciencia
ficción. Sus obras incluyen The radio Man y sus numerosas secuelas,
principalmente interplanetarias y en el interior de la Tierra en la tradición
de Edgar Rice Burroughs, de quien era amigo. Al trasladarse al medio oeste,
donde trabajó como abogado corporativo para la firma de Bucyrus-Erie, Hoar se
unió a los Fictioneers de Milwaukee, cuyos miembros incluyeron a Stanley G.
Weinbaum, Robert Bloch y Raymond A. Palmer. Cuando la empresa editorial Ziff-Davis,
con sede en Chicago, compró Amazing Stories en 1938, se le ofreció a Hoar la
editorial de la revista, pero declinó y recomendó a Palmer, quien ocupó el
cargo durante la década de 1940.
Portada de
Argosy All-Story Weekly. 8 de noviembre de 1924.
The Ship of Ishtar es una de las mejores obras de Merritt, a
la vez original en su concepción y su tratamiento, cautivadora, erótica,
apasionada. John Kenton ha recibido de un arqueólogo amigo suyo una piedra
descubierta en las ruinas de Babilonia y que, por los caracteres cuneiformes
que figuran en ella, data del reinado de Sargón de Akkad, es decir, de unos
seis mil años atrás. Cuando Kenton parte en dos la piedra de un hábil
martillazo, descubre en el interior una escultura que representa un barco. En
el puente se encuentran diminutas figurillas, parecidas a juguetes, que no
tienen más de cuatro centímetros de altura. Kenton va a ser atrapado
literalmente a través del espacio y el tiempo por la magia que emana del barco
de Ishtar, pues, no tardará en saberlo, este navío está consagrado a la diosa.
Kenton se siente, pues, proyectado a bordo del barco y, durante unos instantes,
se mezcla con los tripulantes. De regreso en su habitación, Kenton advierte
estupefacto que se ha modificado el emplazamiento de las figurillas que
adornaban el puente del barco en miniatura. Corresponde ahora al emplazamiento
real de los tripulantes, tal como él los vio durante su breve estancia a bordo.
Fascinado por este misterio, Kenton no deja de observar el barco y no tarda en
ser atraído de nuevo a bordo para ser en seguida capturado por muchachas que le
conducen a presencia de una belleza divina «virginal de cuerpo, pero no de
alma». Es Sharane, la sacerdotisa de Ishtar. Unos días antes, vio durante unos
instantes a Kenton en el puente, y cree advertir en él al enviado de otro dios
babilonio. Así es como él consigue que le cuente la historia del barco
fantástico en que se encuentra.
Una sirvienta de Ishtar y un sacerdote de Nergal se han
amado, con desprecio de las reglas establecidas, lo que ha provocado la cólera
de la diosa del Amor y del dios de la Guerra. Para poner a prueba este amor
humano, han creado este barco, una parte del cual está ocupada por Sharane y
otras sirvientas de Ishtar, y la otra por Klaneth, el sacerdote de Nergal y sus
servidores. Los dos enamorados, Zerpanit, la bella muchacha, y Alusar, el joven
sacerdote, se hallan, así, vigilados por fieles representantes de sus dioses
respectivos. Pero estas medidas no impiden que prevalezca su amor, y ni Sharane
ni Klaneth pueden impedirles que se reúnan definitivamente en la muerte. Grande
fue la cólera de los dioses, y para castigar a sus torpes servidores, el barco
de Ishtar fue olvidado en el curso de los tiempos, rodeado por una especie de
campo de fuerzas que mantenía prisionera a su tripulación. Un odio mortal fue
creciendo al correr de los años entre Sharane y Klaneth, pero, estando cada uno
de ellos protegido por su divinidad, ninguno podía ni siquiera herir al otro. Este
es el fantástico contexto a donde Kenton ha llegado. Decide entonces revelar la
verdad a Sharane, provocando su cólera y, luego, su abatimiento.
Portada del
libro La nave de Ishtar de Abraham Merritt. Editorial Valdemar. Colección Weird
SF. Nº 4. 1991.
Sigue para Kenton el descubrimiento de un amor salvaje con
Sharane y una aventura fabulosa en la que desempeñan un papel preponderante el
sacerdote negro Klaneth y las divinidades babilonias. Al fin, Sharane es muerta
por Klaneth, que encuentra a su vez la muerte a manos de Kenton, quien ha sido
herido por una flecha. Cuando vuelve a encontrarse definitivamente en su
habitación, la figurilla que representa a Sharane en el barco de Ishtar tiene
un pequeño puñal clavado en el pecho. Cuando los criados de Kenton entran en su
habitación, encuentran a su amo bañado en sangre y con el costado derecho
atravesado por una flecha. De “Historia de la ciencia ficción moderna” de
Jacques Sadoul.
Esta magnífica obra fue traducida al castellano por la
editorial Valdemar en los años 90 del siglo pasado en una fallida colección que
se llamaba Weird SF. ¡Una verdadera pena! Ahora existe una nueva edición de La
Hermandad del Enmascarado en su colección Los Libros de Barsoom.
Abraham Merritt
Abraham
Merritt (1884-1943) era un escritor estadounidense especializado en
literatura fantástica y de ciencia ficción. Merrit nace en Nueva Jersey, pero a
los diez años su familia se muda al sur de Filadelfia. Comienza a estudiar
Derecho en la Universidad de Pensilvania, pero se ve obligado a abandonar la
carrera por problemas económicos. En 1903 comienza a trabajar de periodista en
el periódico The Philadelphia Inquirer. Debido a este empleo, toma contacto con
profesores e investigadores, a raíz de lo cual se familiariza con el método
científico. Sin embargo, hay que tener en cuenta que buena parte de la
"ciencia" de principios del siglo XX no sería considerada tal hoy en
día. Así se explica que en su biblioteca se encontraran libros de ocultismo y
que cultivara en su jardín plantas relacionadas con la brujería. A causa de un
oscuro asunto con implicaciones políticas, es "invitado" a abandonar
el país, oportunidad que aprovecha para realizar trabajos arqueológicos en
Yucatán. Este trabajo tendrá influencias en su obra, dotándola de un cierto
"toque arqueológico". En 1905 regresa al Philadelphia Inquirer y es
ascendido a redactor jefe. Posteriormente trabaja como corresponsal del
suplemento dominical del grupo Hearst, trabajo que abandona en 1912 para ir a
Nueva York, donde le han ofrecido un puesto en el American Weekly. En noviembre
de 1917 publica su primera historia, Through the Dragon Glass, en All-Story
Weekly. Durante los años 1920 y 1930 escribiría un buen número de historias,
siendo un escritor de éxito notable. Conoció a H. P. Lovecraft y, aunque este
no lo nombra en El horror en la literatura, Merritt le rinde homenaje en varios
pasajes de Dwellers in the Mirage (1932), con el personaje de Khalk’ru el
Kraken del desierto del Gobi, clara referencia a Cthulhu. Los nueve últimos
años antes de morir no escribiría historias nuevas, dedicándose a reescribir y
modificar las historias que había escrito con anterioridad. La obra de Merrit
es notable por sus descripciones sobre razas míticas y perdidas. Su estilo fue
de gran influencia en autores que posteriormente llegaron a ser maestros en el
género de la fantasía, como Jack Williamson. Junto a autores como Edgar Rice
Burroughs o H.P. Lovecraft configuraría una tendencia en los inicios de la
ciencia ficción, diferente de la marcada por Verne o H. G. Wells y que
posteriormente desembocaría en la Space opera. Su influencia sería tal que su
nombre dio título a una revista, A. Merritt's Fantasy Magazine, cuyo primer
número apareció en diciembre de 1949. Si bien fue incluido en el Salón de la
Fama de la Ciencia Ficción, su temática y estilo se aleja de la ciencia ficción
para adentrarse más en la fantasía exótica y el terror.
(Obra en castellano).
Portada del
libro La nave de Ishtar de Abraham Merritt. Editorial La Hermandad del
Enmascarado Colección Los Libros de Barsoom Zona Weird. Nº 14. 2018.