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domingo, 12 de abril de 2020

192401. RESUMEN DEL AÑO 1924. PRIMERA PARTE


Portada de Argosy All-Story Weekly. 12 de julio de 1924.

La primera entrega del serial The Man Who Mastered Time de Ray Cumming aparece a mediados del mes de julio en Argosy All Story Weekly. La historia comienza con el relato que el protagonista, Loto, hace a sus amigos de los experimentos que él y su padre habían realizado, obteniendo accidentalmente un rayo que podía "atravesar" el tiempo. Gracias a este pudieron ver un lejano futuro invadido por una edad glacial. En esa abertura temporal contemplan una figura montada en trineo tirado por criaturas perrunas tan grandes como caballos que se detiene frente a un edificio en cuyo interior se vislumbra una hermosa mujer, obviamente una esclava o prisionera. Instantáneamente enamorado, el protagonista decide rescatarla. Tras dos años de investigaciones, consigue finalmente perfeccionar la máquina del tiempo dándole forma de aeroplano, se monta en ella y desaparece. Veintiocho horas más tarde regresa. Ha viajado cuarenta y cinco mil años al futuro, contemplando el crecimiento y muerte de Nueva York, una invasión y ocupación alienígena que duró miles de años, la transformación geológica del planeta, la llegada de una nueva glaciación, el éxodo de extraterrestres y la mayor parte de la especie humana y el sol reducido a una pequeña esfera roja. Dándose cuenta de que había ido demasiado lejos en el tiempo, retrocede diecisiete siglos hasta encontrar el edificio y la chica que había visto dos años antes. Lo que sigue es la típica historia pulp en la que el arrojado héroe va al rescate de la bella, exótica e indefensa "nativa" (en este caso su nombre es Azeela, hija de un importante científico), enfrentándose por el camino a amenazas como el brutal Toroh y su ejército de bárbaros. Loto y Azeela escapan y se reúnen con la gente de esta. El protagonista regresa a su tiempo para reaprovisionarse y avisar a su familia de que si no está de vuelta en treinta días lo vayan a buscar, dejando instrucciones precisas al respecto. Y así ocurre: el padre de Loto y uno de sus amigos emprenden viaje al futuro, hallando al sujeto de sus desvelos sano y salvo si bien la situación general es de guerra civil entre diferentes facciones. De “Un Universo de Ciencia Ficción” de Manuel Rodríguez Yague.

Portada de Future combined with Science Fiction. Octubre de 1941.

Otra obra de Ray Cumming había comenzado también en forma de serial en el primer número del año en Science and Invention. La obra se llama The Man on the Meteor y es de inferior calidad a la anterior. Esta obra menor de Cummings fue reimpresa en 1941 con una portada bastante mediocre. Es la que reproducimos aquí.

Raymond King Cummings

Raymond King Cummings (Ray Cummings 1887-1957) fue un autor estadounidense de literatura de ciencia ficción y libros de historietas. Trabajó con Thomas Edison como asistente personal y escritor técnico de 1914 a 1919. Cummings es identificado como uno de los "padres fundadores" del género de ciencia ficción. Su obra de ficción más apreciada fue la novela The Girl in the Golden Atom Publicada en 1922, que fue una consolidación de una historia corta del mismo nombre publicada en 1919 (donde Cummings combinó la idea de la lente diamante de Fitz James O'Brien con La máquina del tiempo de H. G. Wells) y una secuela, The People of the Golden Atom, publicada en 1920. Antes de tomar la forma de libro, varias de las historias de Cummings aparecieron serializadas en revistas pulp. Los primeros ocho capítulos de su The Girl in the Golden Atom aparecieron en All-Story Magazine el 15 de marzo de 1919. Ray Cummings escribió en una novela suya de 1922: "Tiempo ... es lo que impide que todo suceda a la vez”, una frase repetida por científicos como C. J. Overbeck, y John Archibald Wheeler, y a menudo mal atribuida, según los gustos, a Einstein o Feynman. Cummings repitió esta frase en varias de sus obras. Durante la década de 1940, con su carrera literaria eclipsada, Cummings narró anónimamente historias de cómics para Timely Comics, la predecesora de Marvel Comics. Recicló la trama de la muchacha en el átomo de oro para un cuento de dos partes del Capitán América. También contribuyó a las historias de antorcha humana y sub-Mariner, que su hija Betty Cummings a menudo escribió. Cummings murió el 22 de enero de 1957 en Mount Vernon, Nueva York, de una hemorragia cerebral. (Obra en castellano).

Portada de Argosy All-Story Weekly. 28 de junio de 1924.

Si retrocedemos al mes de junio y siempre en Argosy All Story Weekly encontramos el principio de una obra de un nuevo autor. The Radio Man de Ralph Milne Farley que se inscribe directamente en la línea de Edgar Rice Burroughs. Pero, contrariamente a las historias de otros imitadores de Burroughs, las aventuras que van a vivir los personajes de Farley son de excelente calidad y tan interesantes como las de John Cárter. The radio Man, empieza con la llegada de un meteoro al jardín de Ralph Milne Farley. Contiene un mensaje para el escritor, lo que da lugar a esta pregunta un tanto graciosa de la señora Farley, aparentemente estupefacta. «Dime, Ralph, ¿quién puede enviarte un mensaje en el interior de un meteoro? ¿No es sorprendente?». El autor del mensaje es Myles S. Cabot, un experto en radio, al que un accidente de manipulación ha enviado, simplemente, a Venus. Está a punto de ser devorado por una planta carnívora antes de ser capturado por hormigas gigantes, inteligentes, que, como no tardará en averiguar, constituyen una de las dos razas dominantes del planeta, siendo la otra humana con ciertas ligeras diferencias. Permanecerá largo tiempo en cautividad y acabará pudiendo conversar por escrito con Doggo, una hormiga más amistosa que las otras. Se entera así de que una guerra enfrentó hace algunos años a los formianos y a los cupianos. Los formianos son los hombres-hormiga, y los cupianos seres humanos con alas y provistos de pequeñas antenas en la cabeza. Cabot no tarda en darse cuenta de que una joven y bella cupiana está también prisionera de las hormigas. Ella le ha visto un instante y se ha separado de él con horror al comprobar su carencia de antenas y de alas. El joven se ha sentido muy afectado, pues, perdido en este mundo extraño, la visión de una criatura humana bella y deseable le había llenado de júbilo el corazón. Se entera de que esta joven no es otra que la princesa Lilla, hija del rey Kew, detenida ilegalmente por los habitantes de Formia. Tras haberse confeccionado una especie de arnés que le provee de falsas antenas y pequeñas alas puramente ornamentales, exactamente iguales a las de los cupianos, Myles S. Cabot logra ser aceptado por la joven y consigue liberarla. Naturalmente, una vez de regreso junto al rey, su padre, la princesa será separada de su salvador por las intrigas de un príncipe que conspira para derrocar al soberano. Seguirá una nueva guerra entre los hombres alados y los hombres-hormiga. Estos últimos serán vencidos gracias a la ayuda de Cabot, que se casará finalmente con Lilla. Se trata de una imitación de las aventuras de John Cárter, pero un estilo vivo, un cierto humor, una constante inventiva y mucha acción hacen agradable la lectura del libro. Ralph Milne Farley sabía contar una historia y hacer interesantes los personajes que ponía en escena, aunque se tratara de la sempiterna princesa, garantizadamente pura e insípida. Esta novela obtuvo un merecido éxito entre los lectores, lo que indujo al autor a darle numerosas continuaciones, primeramente The radio beasts, en 1925, después The radio planet, que es quizá la de lectura más entretenida de las tres, en 1926. Completan la serie otras dos novelas, The radio man returns, aparecida en 1939, y The radio minas of Mars, relato inconcluso que fue publicado en julio de 1955 en la revista Spaceway. De “Historia de la ciencia ficción moderna” de Jacques Sadoul.

Ralph Milne Farley

Roger Sherman Hoar (Ralph Milne Farley) (1887-1963) fue un senador de Estados Unidos y fiscal general adjunto, para el estado de Massachusett. También escribió ciencia ficción bajo el seudónimo de "Ralph Milne Farley". Con este nombre, Hoar escribió una cantidad considerable de ciencia ficción en las revistas pulp durante el período entre las guerras mundiales, apareciendo en publicaciones tales como Argosy All-Story Weekly, Weird Tales, True Gang Life y Amazing Stories, así como ensayos ocasionales y fanzines de la ciencia ficción. Sus obras incluyen The radio Man y sus numerosas secuelas, principalmente interplanetarias y en el interior de la Tierra en la tradición de Edgar Rice Burroughs, de quien era amigo. Al trasladarse al medio oeste, donde trabajó como abogado corporativo para la firma de Bucyrus-Erie, Hoar se unió a los Fictioneers de Milwaukee, cuyos miembros incluyeron a Stanley G. Weinbaum, Robert Bloch y Raymond A. Palmer. Cuando la empresa editorial Ziff-Davis, con sede en Chicago, compró Amazing Stories en 1938, se le ofreció a Hoar la editorial de la revista, pero declinó y recomendó a Palmer, quien ocupó el cargo durante la década de 1940.

Portada de Argosy All-Story Weekly. 8 de noviembre de 1924.

The Ship of Ishtar es una de las mejores obras de Merritt, a la vez original en su concepción y su tratamiento, cautivadora, erótica, apasionada. John Kenton ha recibido de un arqueólogo amigo suyo una piedra descubierta en las ruinas de Babilonia y que, por los caracteres cuneiformes que figuran en ella, data del reinado de Sargón de Akkad, es decir, de unos seis mil años atrás. Cuando Kenton parte en dos la piedra de un hábil martillazo, descubre en el interior una escultura que representa un barco. En el puente se encuentran diminutas figurillas, parecidas a juguetes, que no tienen más de cuatro centímetros de altura. Kenton va a ser atrapado literalmente a través del espacio y el tiempo por la magia que emana del barco de Ishtar, pues, no tardará en saberlo, este navío está consagrado a la diosa. Kenton se siente, pues, proyectado a bordo del barco y, durante unos instantes, se mezcla con los tripulantes. De regreso en su habitación, Kenton advierte estupefacto que se ha modificado el emplazamiento de las figurillas que adornaban el puente del barco en miniatura. Corresponde ahora al emplazamiento real de los tripulantes, tal como él los vio durante su breve estancia a bordo. Fascinado por este misterio, Kenton no deja de observar el barco y no tarda en ser atraído de nuevo a bordo para ser en seguida capturado por muchachas que le conducen a presencia de una belleza divina «virginal de cuerpo, pero no de alma». Es Sharane, la sacerdotisa de Ishtar. Unos días antes, vio durante unos instantes a Kenton en el puente, y cree advertir en él al enviado de otro dios babilonio. Así es como él consigue que le cuente la historia del barco fantástico en que se encuentra.

Una sirvienta de Ishtar y un sacerdote de Nergal se han amado, con desprecio de las reglas establecidas, lo que ha provocado la cólera de la diosa del Amor y del dios de la Guerra. Para poner a prueba este amor humano, han creado este barco, una parte del cual está ocupada por Sharane y otras sirvientas de Ishtar, y la otra por Klaneth, el sacerdote de Nergal y sus servidores. Los dos enamorados, Zerpanit, la bella muchacha, y Alusar, el joven sacerdote, se hallan, así, vigilados por fieles representantes de sus dioses respectivos. Pero estas medidas no impiden que prevalezca su amor, y ni Sharane ni Klaneth pueden impedirles que se reúnan definitivamente en la muerte. Grande fue la cólera de los dioses, y para castigar a sus torpes servidores, el barco de Ishtar fue olvidado en el curso de los tiempos, rodeado por una especie de campo de fuerzas que mantenía prisionera a su tripulación. Un odio mortal fue creciendo al correr de los años entre Sharane y Klaneth, pero, estando cada uno de ellos protegido por su divinidad, ninguno podía ni siquiera herir al otro. Este es el fantástico contexto a donde Kenton ha llegado. Decide entonces revelar la verdad a Sharane, provocando su cólera y, luego, su abatimiento.

Portada del libro La nave de Ishtar de Abraham Merritt. Editorial Valdemar. Colección Weird SF. Nº 4. 1991.

Sigue para Kenton el descubrimiento de un amor salvaje con Sharane y una aventura fabulosa en la que desempeñan un papel preponderante el sacerdote negro Klaneth y las divinidades babilonias. Al fin, Sharane es muerta por Klaneth, que encuentra a su vez la muerte a manos de Kenton, quien ha sido herido por una flecha. Cuando vuelve a encontrarse definitivamente en su habitación, la figurilla que representa a Sharane en el barco de Ishtar tiene un pequeño puñal clavado en el pecho. Cuando los criados de Kenton entran en su habitación, encuentran a su amo bañado en sangre y con el costado derecho atravesado por una flecha. De “Historia de la ciencia ficción moderna” de Jacques Sadoul.

Esta magnífica obra fue traducida al castellano por la editorial Valdemar en los años 90 del siglo pasado en una fallida colección que se llamaba Weird SF. ¡Una verdadera pena! Ahora existe una nueva edición de La Hermandad del Enmascarado en su colección Los Libros de Barsoom.

Abraham Merritt

Abraham Merritt (1884-1943) era un escritor estadounidense especializado en literatura fantástica y de ciencia ficción. Merrit nace en Nueva Jersey, pero a los diez años su familia se muda al sur de Filadelfia. Comienza a estudiar Derecho en la Universidad de Pensilvania, pero se ve obligado a abandonar la carrera por problemas económicos. En 1903 comienza a trabajar de periodista en el periódico The Philadelphia Inquirer. Debido a este empleo, toma contacto con profesores e investigadores, a raíz de lo cual se familiariza con el método científico. Sin embargo, hay que tener en cuenta que buena parte de la "ciencia" de principios del siglo XX no sería considerada tal hoy en día. Así se explica que en su biblioteca se encontraran libros de ocultismo y que cultivara en su jardín plantas relacionadas con la brujería. A causa de un oscuro asunto con implicaciones políticas, es "invitado" a abandonar el país, oportunidad que aprovecha para realizar trabajos arqueológicos en Yucatán. Este trabajo tendrá influencias en su obra, dotándola de un cierto "toque arqueológico". En 1905 regresa al Philadelphia Inquirer y es ascendido a redactor jefe. Posteriormente trabaja como corresponsal del suplemento dominical del grupo Hearst, trabajo que abandona en 1912 para ir a Nueva York, donde le han ofrecido un puesto en el American Weekly. En noviembre de 1917 publica su primera historia, Through the Dragon Glass, en All-Story Weekly. Durante los años 1920 y 1930 escribiría un buen número de historias, siendo un escritor de éxito notable. Conoció a H. P. Lovecraft y, aunque este no lo nombra en El horror en la literatura, Merritt le rinde homenaje en varios pasajes de Dwellers in the Mirage (1932), con el personaje de Khalk’ru el Kraken del desierto del Gobi, clara referencia a Cthulhu. Los nueve últimos años antes de morir no escribiría historias nuevas, dedicándose a reescribir y modificar las historias que había escrito con anterioridad. La obra de Merrit es notable por sus descripciones sobre razas míticas y perdidas. Su estilo fue de gran influencia en autores que posteriormente llegaron a ser maestros en el género de la fantasía, como Jack Williamson. Junto a autores como Edgar Rice Burroughs o H.P. Lovecraft configuraría una tendencia en los inicios de la ciencia ficción, diferente de la marcada por Verne o H. G. Wells y que posteriormente desembocaría en la Space opera. Su influencia sería tal que su nombre dio título a una revista, A. Merritt's Fantasy Magazine, cuyo primer número apareció en diciembre de 1949. Si bien fue incluido en el Salón de la Fama de la Ciencia Ficción, su temática y estilo se aleja de la ciencia ficción para adentrarse más en la fantasía exótica y el terror. (Obra en castellano).

Portada del libro La nave de Ishtar de Abraham Merritt. Editorial La Hermandad del Enmascarado Colección Los Libros de Barsoom Zona Weird. Nº 14. 2018.

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